Miedo a ganar

En nuestras jornadas de Team Building, una de las facetas que trabajamos es la confianza y la autoestima de los participantes. En ocasiones, les hacemos participes de la siguiente historia:

El 2 de Julio de 1993, una magnifica tenista pasó de estar a punto de ganar el torneo más prestigioso del mundo, a sumirse en la mayor de las decepciones en cuestión de minutos, en lo que se tarda en pensar, “estoy a punto de ganar”, o quizá “no puedo fallar ahora”. Jana Novotna se enfrentaba a la número uno mundial, Graff, y después de perder el primer set en el tie-break, pasó por encima de la alemana con un 6-1 y un provisional 4-1 en el tercer set. Con su servicio y 2 bolas para el 5-1, todo se desmoronó.

A base de múltiples errores, perdería ese set y la final. Su cara al final del partido era todo un poema, el fiel reflejo de sus sentimientos. ¿Qué pudo pasar por su cabeza en ese tercer set? Su juego era espectacular, efectivo, sin fisuras, la propia Graff reconocería más tarde que sentía que no podía hacer nada, aparte de aferrarse a la cancha como hacen los campeones. Quizá si en lugar de pensar en el resultado, en lo que estaba a punto de conseguir, hubiera seguido centrada en aquello que mejor sabía hacer, jugar al tenis, la historia hubiera sido diferente.

Hay momentos en los que ya no podemos refugiarnos detrás de la táctica, o de una estrategia. En los que ya no podemos escapar de nuestras angustias, nuestras debilidades o nuestros miedos. En la cancha, en el campo de juego, en los despachos o en cualquier otra situación de la vida, hay momentos en los que quedamos desnudos, como tratamos de recrear en ocasiones en nuestras jornadas de Team Building.

Hemos crecido inmersos en entornos donde se premia el logro, la victoria, el resultado, y nuestra orientación ha sido forjada acorde a esas creencias. Si el resultado acompaña estoy contento, y si no acompaña debería lamentarme. ¿A cuántos niños se les pregunta después de un partido si se han divertido o si han aprendido? Como un resorte automático enseguida indagamos acerca del resultado, ¿habéis ganado?

Hemos sido educados en el miedo, en lo que nos podía llegar a pasar si no hacíamos correctamente la tarea, si nos portábamos mal o si cometíamos algún error. Estamos acostumbrados a que se remarque más lo malo que lo bueno, en ocasiones únicamente los errores. Conseguimos inculcar la tendencia a buscar el éxito en todas aquellas tareas que implican la evaluación de un resultado. Cuando estamos claramente orientados únicamente a la búsqueda de ese resultado, el miedo a perder, a no ganar, al no logro, nos cohíbe y nos llena de miedos, dudas, presión, estrés.

En team building fomentamos la confianza y la autoestima

Como les hacemos ver en nuestras sesiones de Team Building, coaching o incluso en actividades de empresa, en los momentos clave de un partido, competición o negociación, triunfa la tranquilidad, la autoestima, la confianza en uno mismo, el optimismo, el pensamiento positivo. Las oportunidades están para aprovecharlas, no para evitarlas o huir de ellas.

Nuestro subconsciente no codifica el “no”. Va directo a la representación de la situación. Si te digo: cierra los ojos y relájate, ahora quiero te visualices en una playa tranquila, y que mires al horizonte y NO veas un velero blanco. Probablemente hayas visto ese velero. Lo mismo ocurre con “no fallar”. Sin darnos cuenta la mente se centra en fallar y no en lo que tiene que hacer. Tu mente esta focalizada en una idea evitativa, y no en la principal que debe ser positiva. Mejor concéntrate en lo que quieres hacer y no en lo que quieres evitar.

Cree en ti. «Un equipo que juega a no perder pierde a menudo. Un equipo que juega a ganar, gana a menudo”. John Whitmore.