Mayor asertividad en el trabajo

Seguro que has oído hablar mucho de asertividad en el trabajo y comunicación asertiva pero, ¿qué es exactamente? ¿Qué beneficios ofrece? ¿Se puede aplicar en el ámbito empresarial y laboral? ¿Cómo?

La respuesta general a todas estas preguntas es: sí, además de ser asertivos en nuestra faceta más personal, podemos llevar esa asertividad a nuestro entorno laboral y aprender a comunicarnos y expresarnos mejor con nuestros compañeros de trabajo, nuestros jefes o nuestros empleados, con el fin de encontrar entre todos un modelo de comunicación que nos haga ser más eficaces en la empresa y alcanzar más fácilmente los objetivos comunes.

Para empezar por el principio, hay que explicar que se entiende asertividad como la capacidad de respetar a otros y de hacernos respetar por los otros. Se trata pues de trabajar la escucha activa, el respeto y la empatía hacia el otro, pero también de aprender a decir que NO cuando es justo lo que queremos decir, o a no callarnos por temor a lo que puedan pensar los demás de nuestras ideas, opiniones. Lo importante es aprender a defender nuestros propios intereses y a expresarnos libremente, con respeto y siempre teniendo en cuenta los derechos de los demás.

Y esto, que muchas veces nos puede resultar complicado en nuestro plano personal, lo es aún más en el laboral, donde nos vemos obligados a enfrentarnos a las opiniones de los demás, de nuestros superiores y compañeros para tratar de llegar a soluciones y metas conjuntas.

Tres estilos diferentes de comunicación. ¿En cuál te reconoces?

Existen tres formas de comunicación básicas:

  • Comunicación agresiva: en la que se suele usar un lenguaje verbal y corporal violento, agresivo: tono alto, miradas intimidadoras, críticas poco constructivas, alzar mucho las manos, apuntar o señalar con el dedo. En este tipo de comunicación no se tienen generalmente en cuenta los derechos del otro.
  • Comunicación pasiva: vendría a ser la otra cara de la moneda. Aquí, los derechos que no respetamos son los nuestros, tendiendo a agradar a los demás, agachar la mirada, bajar la cabeza, ocultar las opiniones personales, decir siempre que sí a todo… Esto suele terminar con un fuerte sentimiento de culpabilidad por no ser capaces de expresar lo que sentimos o pensamos libremente, estrés, victimización, agresividad, etc.
  • Comunicación asertiva: que vendría a situarse en el centro de las dos anteriores: somos capaces de respetar los derechos del otro, pero respetando los nuestros al mismo tiempo.

Ventajas y beneficios de la asertividad en el trabajo

Sin duda, aprender a ser más asertivos nos lleva a conseguir sentirnos mejor con nosotros mismos, más libres y realizados, y si esto lo conseguimos también en nuestro entorno de trabajo, los beneficios pueden ser muchos:

  • Reducir el estrés laboral.
  • Mejorar nuestras habilidades sociales.
  • Controlar la rabia y los enfados.
  • Aumentar la imagen de nosotros mismos y la autoestima.
  • Ganar el respeto de los demás.
  • Mejorar las habilidades para la toma de decisiones en el trabajo.

Consejos de los expertos para una mayor asertividad en el trabajo

Lo bueno que tiene la asertividad es que se puede aprender y mejorar. Pero… ¿cómo? Según los expertos, hay una serie de pautas y aspectos fundamentales que debemos trabajar para aumentar nuestra asertividad a nivel personal y laboral:

  • Sustituye los pensamientos negativos. Se trata de cambiar la forma en que interpretas tus emociones. No eres un mal amigo por no ir a recoger al aeropuerto a esa persona que te lo ha pedido cuando te viene francamente mal. Si dijeras que sí, estarías actuando contra tu autoestima. Con un mensaje asertivo adecuado, esa persona entenderá sin enfados que no puedes ir a buscarle.
  • Intenta ser claro, los demás no son adivinos. Los expertos aseguran que es algo común en la gente pasiva: creer que los demás saben realmente lo que piensan o cuáles son sus necesidades. Lo mejor es aprender a decirlo directamente, con respeto y educación. Muchas veces los demás no saben lo que nos molesta o nos preocupa.
  • No basta con exponer la situación, también es necesario manifestar claramente lo que quieres y no perder tu objetivo mientras te comunicas con el otro. Si no, corres el riesgo de que tu interlocutor (que puede ser tu jefe muchas veces) termine tomando la decisión por ti y puede que no coincida con lo que tú querías realmente. ¡Y recuerda ser muy claro y directo en lo que dices! Así no darás pie a malentendidos.
  • Hechos, no juicios. Entre decirle a alguien que su trabajo es una chapuza o decirle que su trabajo está mal enfocado y tiene faltas de ortografía hay una gran diferencia. Para mejorar la asertividad en el trabajo los expertos nos aconsejan centrarnos siempre en los hechos, y no en las conclusiones que sacamos nosotros mismos de la situación.
  • Dar motivos cuando pides. Ayudará a tu interlocutor a entender el porqué de tu petición, negativa, etc. En este último caso, a la hora de dar una negativa a alguien, una buena opción es, ademas de explicar brevemente el motivo por el que no vas a hacerlo, proponer una alternativa. Conseguirás parecer menos brusco.
  • Utiliza “Mensajes YO” en vez de “Mensajes TÚ”, te ayudará a que la otra persona no se sienta atacada si hablas de tus necesidades o sentimientos. Entre estas dos frases hay una gran diferencia: “Me has hablado muy mal esta semana” y “Me siento disgustado por cómo me estás hablando estos últimos días”. Nadie podrá discutirte nunca una emoción, por lo que los mensajes YO seguidos de un sentimiento o emoción no llevarán a la discusión, sino a trabajar la empatía del otro.
  • Entrénate en tu día a día. Para ello, las técnicas y actividades de Team Building en la empresa son una de las mejores formas de aprender a comunicarte de forma correcta y asertiva con tus compañeros, jefes o empleados.

¿Preparad@ para empezar a comunicarte de forma más asertiva? Ganarás a nivel laboral, pero sobre todo te conocerás mejor y te respetarás más a ti mism@ ;)